Un artículo inesperado en el armario de la cocina puede ayudarte a dejar el hábito de fumar

Dejar el cigarrillo se ha ganado la reputación de ser una de las luchas más difíciles que enfrentan innumerables personas. Existen varias alternativas tradicionales para quienes intentan dejar el hábito, pero hay un método poco convencional que podría hacer maravillas.
Mientras los parches de nicotina, los chicles y los productos de vapeo llenan los estantes de las tiendas, un especialista sugiere que la solución podría estar escondida en el armario de tu cocina, y cuesta menos que una taza de café.
Marc Effron, entrenador de recuperación y sobriedad en Legacy Healing Center, un centro de tratamiento de adicciones a las drogas y al alcohol , considera que una pequeña botella de salsa picante podría servir como un arma secreta sorprendente para combatir los impulsos de nicotina.
Marc explica: «Cuando sientes ese típico deseo de fumar, necesitas algo que le dé a tu cerebro el mismo efecto sin dañarlo. Un toque de salsa picante en la lengua puede sonar poco convencional, pero la ciencia lo avala».
La nicotina funciona estimulando la liberación de dopamina, la sustancia química cerebral responsable de las sensaciones de placer. Al dejar de fumar, esta euforia desaparece, dejando a la mente en una búsqueda frenética de replicar la sensación. Los impulsos son, fundamentalmente, la forma en que el cuerpo exige otra dosis.
Los métodos convencionales, como masticar chicle o mantener las manos ocupadas, pueden funcionar para ciertas personas, aunque Marc sostiene que no logran controlar la necesidad de dopamina del cerebro. El coach de recuperación comparte: «Por eso los fumadores a menudo se sienten inquietos e irritables cuando intentan dejar de fumar. No se trata solo de mantener la boca ocupada. Se trata de compensar ese efecto químico. La salsa picante puede ser sorprendentemente efectiva».
El intercambio «dolor-placer»El ingrediente secreto es la capsaicina, el compuesto de los chiles que les da su toque picante. «Cuando la capsaicina entra en contacto con la lengua, activa los receptores del dolor en la boca», explica Marc.
Esa sensación de ardor no es solo incomodidad. Desencadena la liberación de endorfinas y dopamina, lo que proporciona un subidón natural que puede contrarrestar el antojo.
La sensación, dice, refleja la euforia del corredor. "Es breve, intensa y te distrae al instante. Ese pequeño subidón suele ser suficiente para evitar que fumes un cigarrillo".
A diferencia de comer dulces o patatas fritas para calmar los antojos, la salsa picante prácticamente no contiene calorías, lo que significa que no tendrás que cambiar los cigarrillos por un aumento de peso no deseado. Una botellita de bolsillo cuesta entre 2 y 3 libras en la mayoría de los supermercados, lo que la hace mucho más asequible que los chicles de nicotina o los parches de repuesto.
Marc enfatiza que la moderación es crucial, y advierte: "No es necesario beber la salsa picante directamente de la botella, porque es una mala idea.
Basta con un par de gotas en la lengua para que surta efecto. Demasiada cantidad puede irritar el estómago o aumentar innecesariamente la ingesta de sal.
El coach de recuperación destaca que quienes intentan dejar el hábito suelen necesitar remedios rápidos y fáciles de llevar. Marc explica: «Lo bueno de este método es que puedes llevar una botellita en el bolsillo o el bolso. Es discreto, económico y no necesitas encender nada. Basta con una calada cuando te entra el antojo y recuperas el control».
Curiosamente, Marc revela que este truco también podría ayudar con otras adicciones leves. «El principio funciona con cualquier cosa en la que el cerebro busque la recompensa de dopamina», comparte.
El especialista en recuperación de adicciones añade: «Pueden ser antojos de comida, picar entre horas por aburrimiento o incluso reducir el consumo de alcohol. La distracción repentina, seguida del efecto dopaminérgico, suele ser suficiente para romper el ciclo».
Daily Express