Método para comprobar que el agua potable que consumes está 100% purificada

La hidratación diaria es esencial para conservar una buena salud, y se aconseja consumir entre dos y tres litros de agua al día, dependiendo del nivel de actividad física y el tipo de alimentación. En México, es habitual adquirir agua envasada o en garrafón, ya que no es común beber directamente del grifo, a diferencia de otros países donde el agua potable es más confiable. Esta práctica responde a la necesidad de asegurar que el líquido que se ingiere sea limpio y de calidad.
LEE: ¿Qué tan saludable es comer enlatados?Dado el alto consumo de agua purificada envasada, es fundamental saber detectar si un garrafón cumple con los estándares adecuados. Hay diversas señales que pueden advertir si el contenido no es apto para el consumo humano:
- Sabor y olor: El agua debe ser insípida y no emitir ningún aroma. Si presenta un gusto metálico, desagradable o un olor fuerte, es posible que no haya sido tratada correctamente.
- Transparencia: La apariencia debe ser completamente clara. Cualquier coloración anormal o presencia de partículas visibles podría indicar contaminación.
- Residuos: Al observar el interior del garrafón, no debería haber restos sólidos en el fondo ni sedimentos adheridos a las paredes.
- Malestares físicos: Síntomas como dolor estomacal, diarrea o náuseas luego de beberla pueden ser una señal de que el agua está contaminada.
- Sello de seguridad y etiqueta: Es crucial revisar que el envase esté sellado correctamente y que la etiqueta contenga información legible, como la fecha de llenado y el origen del agua.
Para quienes adquieren agua en purificadoras locales, la Agencia de Protección Sanitaria (Agepsa) sugiere tomar medidas extra de prevención. Una recomendación práctica es desinfectar el agua antes de consumirla. Esto puede hacerse agregando dos gotas de plata coloidal o cloro por cada litro y dejarla reposar entre 20 y 30 minutos. Esta acción preventiva ayuda a minimizar riesgos, especialmente en zonas donde la supervisión sanitaria no es estricta.
Sin embargo, no todas las purificadoras cumplen con los requisitos básicos. Las inspecciones han identificado problemas frecuentes como la falta de higiene, deficiencias en los sistemas de filtración, personal mal capacitado e incluso la ausencia de controles para evitar plagas. También se han detectado instalaciones que no realizan análisis constantes de la calidad del agua que distribuyen, lo cual compromete la salud de los consumidores.
Por estas razones, las autoridades recomiendan mantener la vigilancia sobre la calidad del agua que se consume en casa. Instalar sistemas de filtración domésticos, optar por proveedores confiables y estar informados sobre las condiciones de las purificadoras pueden ser acciones clave para garantizar una hidratación segura. Además de cuidar la salud, estas prácticas contribuyen a reducir el uso excesivo de envases plásticos, lo que representa un beneficio adicional para el medio ambiente.
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