Comportamiento y metabolismo: La falta de sueño como agente engordante



Los primeros años de vida suelen caracterizarse por la interrupción del sueño nocturno. La falta de sueño puede alterar los hábitos alimenticios y el metabolismo, además de favorecer el aumento de peso. / © Getty Images/Artfoliophoto
Según datos del Instituto Robert Koch, uno de cada dos adultos en Alemania tiene sobrepeso (definido como un IMC ≥25 kg/m²) y aproximadamente uno de cada cinco de estos adultos sufre obesidad (IMC ≥30 kg/m²). Pero no es solo la báscula lo que preocupa: solo alrededor de la mitad de los adultos duermen las 7 a 9 horas recomendadas entre semana (gráfico). Los fines de semana, la cifra asciende a aproximadamente el 60 %.
La falta de sueño es un problema creciente: estudios epidemiológicos demuestran que la falta de sueño supone un gran reto, especialmente para quienes desean mantener un peso saludable. Una revisión realizada en 2020 con alrededor de 155 000 participantes de doce estudios muestra que quienes duermen poco tienen un riesgo 1,4 veces mayor de desarrollar obesidad en etapas posteriores de la vida (1).

Duración del sueño recomendada por la National Sleep Foundation (organización sin fines de lucro con sede en EE. UU.) según la edad / © PZ/Stephan Spitzer
Sin embargo, la relación entre la falta de sueño y el peso no solo afecta a los adultos: un análisis de 2021 de 33 estudios con casi 58.000 niños y adolescentes muestra que, incluso entre los más pequeños, la falta de sueño aumenta el riesgo de sobrepeso y obesidad. Cuanto menos se duerme, mayor es el riesgo; esto aplica tanto a niños pequeños a partir de un año como a niños en edad escolar. Por el contrario, dormir más tiene un efecto protector contra la obesidad (2).

Los primeros años de vida suelen caracterizarse por la interrupción del sueño nocturno. La falta de sueño puede alterar los hábitos alimenticios y el metabolismo, además de favorecer el aumento de peso. / © Getty Images/Artfoliophoto
Estas correlaciones en todos los grupos de edad resaltan la importancia de un sueño saludable como factor clave en la prevención del sobrepeso y la obesidad. Dada su creciente incidencia, este tema cobra cada vez mayor importancia no solo para la salud individual, sino también para la salud pública.
Las personas afectadas por este trastorno, en diversas situaciones vitales —desde padres con niños pequeños inquietos hasta trabajadores nocturnos—, suelen presentar un antojo notable de alimentos dulces y ricos en calorías. Este fenómeno plantea la cuestión de los mecanismos biológicos que subyacen a la conexión entre la privación del sueño, la conducta alimentaria y los trastornos metabólicos.

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