Actualización de las guías clínicas para la influenza en niños
Según la definición, la gripe es una enfermedad viral respiratoria aguda caracterizada por fiebre y síntomas de intoxicación general, dominando un síndrome catarral moderado en las vías respiratorias superiores.
Anteriormente, la lista de códigos CIE-10 en la República Kirguisa incluía únicamente J10 (gripe causada por un virus de influenza estacional identificado) y J11 (gripe, virus no identificado). Ahora, la lista incluye J9 (gripe causada por un virus de influenza identificado).
Además, se ha añadido al documento una nueva forma de gravedad de la enfermedad: hipertóxica. Los niveles de leve, moderado y grave (tóxico) se han mantenido sin cambios. El Ministerio de Salud también ha introducido una nueva sección, «Cuadro clínico de una enfermedad o afección (grupo de enfermedades o afecciones)», en la que, entre otras cosas, se ha ampliado la lista de síntomas que indican una evolución grave de la gripe. Estos incluyen la encefalopatía infecciosa-tóxica (hipóxica), el síndrome de dificultad respiratoria aguda, el síndrome de Gasser, el síndrome de Reye, la miocarditis y el síndrome de Kiss, el síndrome de Waterhouse-Friderichsen y el síndrome de CID.
También se ha modificado el bloque que describe las recomendaciones para el diagnóstico de laboratorio en diferentes etapas de la enfermedad. Por ejemplo, ahora se recomienda a los médicos realizar una prueba rápida para los virus de la influenza A y B, una prueba de biología molecular para el virus de la influenza, para ácidos nucleicos de los virus SARS-CoV-2, parainfluenza, rinovirus, adenovirus, virus respiratorio sincitial, coronavirus 229E, OC43, NL63, HKUI, bocavirus y metapneumovirus. Si se presentan manifestaciones hemorrágicas durante la enfermedad, se recomienda prescribir un coagulograma y, en casos graves de influenza, un estudio de los niveles de sodio, potasio y cloruros en sangre.
Las recomendaciones para las pruebas diagnósticas incluyeron la oximetría de pulso ante la sospecha de daño en las vías respiratorias inferiores, así como una cita (examen, consulta) con un cardiólogo, un neurólogo, un otorrinolaringólogo y un anestesiólogo-reanimador (para el traslado oportuno a la unidad de cuidados intensivos). La neurosonografía quedó excluida de esta lista.
Dada la evolución de la enfermedad, se recomienda el tratamiento de la gripe con antivirales de acción directa (baloxavir marboxil), de acción sistémica (Kagocel) y también ambroxol. Actualmente, el CR también contiene información sobre los medicamentos que no se recomiendan para el tratamiento de la gripe. Por ejemplo, la rimantadina. El comentario afirma que «se ha demostrado la resistencia de la mayoría de las cepas del virus de la gripe a los medicamentos de este grupo».
La sección con otros métodos de tratamiento solía incluir métodos físicos para bajar la temperatura (desvestirse, limpiarse con agua a temperatura ambiente), desinfectar las vías respiratorias superiores (eliminar la mucosidad nasal, enjuagar la orofaringe) y ventilar la habitación. Actualmente, se recomiendan inmunoestimulantes como tratamiento adicional, así como Anaferon para niños y Ergoferon.
En la mayoría de los casos no es necesaria la rehabilitación de los pacientes que han tenido gripe, sin embargo, si surgen complicaciones o empeoran las enfermedades concomitantes, las medidas de rehabilitación son prescritas por especialistas médicos en el campo apropiado.
Las recomendaciones para la prevención y la observación en dispensarios incluyen la vacunación, un solo uso de un medicamento antiviral de acción directa a más tardar 48 horas después del contacto, y otras medidas. El documento también añadió factores de riesgo para un desenlace desfavorable de la enfermedad. Por ejemplo, los niños menores de 5 años (especialmente los menores de 2 años) con diabetes, obesidad, cardiopatías y enfermedades inflamatorias están en riesgo.
En julio de 2025, la Jefa de Sanidad Estatal de la Federación Rusa, Anna Popova, firmó un decreto sobre medidas para prevenir la gripe, las infecciones virales respiratorias agudas y la COVID-19 en la temporada epidémica 2025-2026. El documento prevé una campaña de vacunación a gran escala que cubra hasta el 60% de la población de cada región, incluyendo al menos al 75% de las personas en riesgo. El decreto, al igual que el año pasado, regula la preparación de las instituciones médicas, la mejora de los diagnósticos de laboratorio y la organización de la información a la población: medidas clave para reducir la tasa de incidencia y minimizar los riesgos de propagación de infecciones en el período otoño-invierno. Se presta especial atención a las personas mayores, los niños, el personal sanitario y los empleados de organizaciones relacionadas con la avicultura, la ganadería y los zoológicos.
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