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Tres buenas noticias sobre los avances en el tratamiento del cáncer de mama

Tres buenas noticias sobre los avances en el tratamiento del cáncer de mama

El cáncer de mama es la principal causa de muerte en mujeres en Brasil y en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se diagnostican alrededor de 2,3 millones de casos nuevos cada año. El Instituto Nacional del Cáncer (INCA) estima más de 73 000 nuevos diagnósticos para 2025. A pesar de los avances en el tratamiento, más de 15 000 mujeres brasileñas siguen muriendo cada año a causa de esta enfermedad.

En el tratamiento del cáncer de mama existen tres enfoques principales: la cirugía, que sigue siendo imprescindible para curar a la mayoría de los pacientes; la radioterapia, que se utiliza en alrededor del 60% de los casos como complemento; y la terapia sistémica, que consiste en medicamentos que aumentan las posibilidades de curación.

“Lo que ha sucedido en las últimas décadas es que, a medida que hemos ido subdividiendo el cáncer de mama en ciertas características, hemos desarrollado fármacos para cada uno de estos subtipos. Al tratarlos con el fármaco más adecuado, hemos aumentado significativamente la tasa de curación de las pacientes”, explica el oncólogo Rafael Kaliks, especialista en cáncer de mama del Hospital Israelita Albert Einstein.

El cáncer de mama se clasifica en tres subgrupos principales que guían la elección inicial de la terapia: tumores con receptores hormonales positivos (ER+), tumores con HER2 positivo (una proteína que juega un papel crucial en el crecimiento y desarrollo celular) y los llamados triple negativos, en los que las células cancerosas no tienen receptores de estrógeno, progesterona o HER2.

En etapas avanzadas, cuando el tumor se extiende a otros órganos, las posibilidades de curación disminuyen. Es precisamente en este escenario donde se concentran algunas de las innovaciones más prometedoras en oncología, presentadas en la última edición del congreso de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), el mayor evento mundial en este campo, que reunió a 45.000 médicos e investigadores en Chicago, Estados Unidos, entre el 30 de mayo y el 3 de junio.

Entre los aspectos más destacados se incluyen estrategias más individualizadas basadas en análisis de sangre y nuevas moléculas que prolongan el tiempo de control de la enfermedad, reducen los efectos secundarios y anticipan las decisiones terapéuticas. A continuación, conozca tres resultados que merecen atención:

1. Tratamiento temprano guiado por biopsia líquida

Uno de los estudios más comentados de la ASCO evaluó una idea sencilla: si modificar el tratamiento antes de que el cáncer muestre signos de progresión puede marcar la diferencia. En el ensayo clínico SERENA-6 , se monitorizó a mujeres con cáncer de mama metastásico ER+ y HER2-negativo mediante un análisis de sangre periódico, llamado biopsia líquida, que puede identificar una mutación en el gen ESR1 en el material genético (ADN) tumoral circulante. Esta mutación puede indicar resistencia al tratamiento hormonal.

“Lo interesante de este trabajo es que, en lugar de esperar la progresión clínica de la enfermedad (que se manifestaría a través de síntomas o exámenes radiológicos alterados), monitorearon a los pacientes siguiendo el tratamiento tradicional y midieron la presencia de la mutación del gen ESR1 en su sangre cada dos o tres meses”, explica Kaliks, quien asistió al evento en Chicago.

Cuando apareció la mutación, incluso sin síntomas ni cambios en las pruebas de imagen, la mitad de los pacientes cambiaron su medicación: suspendieron el tratamiento estándar (que consistía en terapia hormonal y un inhibidor de ciclina) y comenzaron a tomar camisestrant, un fármaco oral aún en fase de prueba, en combinación con el tratamiento de mantenimiento del inhibidor de ciclina. El resto de los participantes continuaron con la terapia original.

El estudio mostró que adelantar el cambio tuvo un efecto: entre las mujeres que cambiaron de terapia, la enfermedad permaneció bajo control durante 16 meses, en promedio, en comparación con 9,2 meses en el grupo que siguió el enfoque tradicional.

2. Nuevo fármaco oral contra la resistencia hormonal

Siguiendo de cerca las mutaciones en el gen ESR1, otro estudio clínico probó un nuevo fármaco oral que actúa de manera diferente a los medicamentos actuales: en lugar de simplemente bloquear el receptor de estrógeno, lo destruye dentro de la célula.

El fármaco, llamado vepdegestrant, se comparó con fulvestrant, el tratamiento estándar en estos casos. Según los resultados de la investigación, los pacientes que usaron el nuevo fármaco lograron controlar la enfermedad durante un promedio de cinco meses, en comparación con los 2,1 meses del tratamiento tradicional.

3. “Medicamentos inteligentes” en la primera línea de tratamiento

Uno de los tratamientos más eficaces para el cáncer de mama metastásico HER2 positivo —uno de los tipos más agresivos de la enfermedad— se basa en una estrategia que combina precisión y potencia. En lugar de distribuir la quimioterapia por todo el cuerpo, la idea es atacar directamente las células enfermas, preservando las células circundantes.

Esta es la propuesta de los llamados conjugados anticuerpo-fármaco (ADC), también conocidos como «fármacos inteligentes». Un nuevo estudio presentado en Asco evaluó el uso de esta tecnología en las primeras etapas del tratamiento de la enfermedad metastásica, en lugar de reservarla para etapas posteriores.

Dirigido por el Instituto de Cáncer Dana-Farber en EE. UU., el ensayo clínico evaluó la combinación de trastuzumab deruxtecan, que transporta el fármaco quimioterapéutico al tumor, con pertuzumab, otro anticuerpo anti-Her2. El resultado fue significativo: el riesgo de progresión de la enfermedad o muerte se redujo un 44 % en comparación con el tratamiento estándar. En todos los grupos monitoreados, la enfermedad se mantuvo controlada durante más de tres años (una mediana de 40 meses).

“Trastuzumab deruxtecan se comparó con lo que se había considerado el estándar durante más de 10 años, y es significativamente mejor. Por lo tanto, este avance debería incorporarse en los próximos uno o dos años, y comenzaremos a cambiar la secuencia de fármacos utilizados en el cáncer de mama metastásico HER2-positivo”, señala Kaliks. “La preocupación que aún tenemos es la tolerancia de las pacientes a un período tan prolongado de uso de este medicamento, que no está exento de toxicidades significativas”.

El acceso sigue siendo el principal desafío

A pesar del entusiasmo, la brecha entre la innovación y la realidad clínica sigue siendo amplia. El camino hacia la disponibilidad de una nueva terapia en la práctica implica etapas regulatorias, análisis de costo-efectividad, negociaciones con los sistemas público y privado, y barreras estructurales que afectan el diagnóstico temprano y la adherencia al tratamiento. «Salimos del congreso muy emocionados, pero aún faltan meses, a veces años, para que podamos poner en práctica lo presentado», reflexiona el oncólogo.

En Brasil, incluso los medicamentos ya aprobados por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) no siempre llegan a la población con la suficiente rapidez. Este es el caso del trastuzumab deruxtecan, aprobado en 2024, pero aún no incorporado al Sistema Único de Salud (SUS).

Según la Sociedad Brasileña de Oncología Clínica (SBOC), aproximadamente el 70 % de los pacientes con cáncer en el país dependen exclusivamente del sistema público. Incluso entre quienes cuentan con seguro médico, no siempre existe garantía de cobertura para terapias de alto costo; en Estados Unidos, el tratamiento con trastuzumab deruxtecan puede costar hasta US$166.000 al año.

“Hoy en día, en Brasil, entre el 50% y el 60% de los casos de cáncer de mama se curarán. Pero si tenemos una realidad donde exista adherencia al cribado, acceso rápido al diagnóstico y acceso completo al tratamiento, esta cifra superará el 80%”, afirma Kaliks.

A pesar de las dificultades para acceder e incorporar nuevas terapias, el panorama oncológico atraviesa un momento optimista. Descubrimientos recientes están ampliando el período de control de la enfermedad, a la vez que abren perspectivas de curación en casos que antes no se consideraban.

En las primeras etapas, los tratamientos se están volviendo menos invasivos y más efectivos, con cirugías más pequeñas, menor necesidad de radioterapia y protocolos preoperatorios más ligeros. En casos avanzados, nuevos fármacos prolongan la supervivencia y ofrecen a los pacientes una mejor calidad de vida, un cambio de paradigma que probablemente se consolidará en los próximos años.

“El cáncer de mama, que ya es una enfermedad altamente curable, lo será aún más”, afirma el doctor Einstein. “Comenzamos a creer que, para algunas pacientes con enfermedad metastásica, que hasta ahora se consideraba incurable, la cura podría convertirse en una posibilidad real en un futuro próximo”.

Fuente: Agencia Einstein

La publicación Tres buenas noticias sobre los avances en el tratamiento del cáncer de mama apareció primero en Agência Einstein .

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