Salud. ¿Los sustitutos de la carne cumplen sus promesas de salud?

El Programa Nacional de Nutrición y Salud (PNNS) recomienda reducir el consumo de carne, especialmente carne roja y procesada.
Esto ayuda a reducir la ingesta de grasas saturadas, reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer y también ayuda al medio ambiente.
Pero sustituir la carne no implica perder valor nutricional. Para lograrlo, puedes recurrir a sustitutos tradicionales: tofu, tempeh, seitán.
Estos alimentos, utilizados durante siglos en Asia, están mínimamente procesados y son ricos en proteínas. Son nutritivos, saludables y adecuados para una dieta equilibrada.
Por otro lado, otros sustitutos más industriales, como los filetes ultraprocesados de origen vegetal, no obtienen los mismos resultados.
Para imitar la apariencia y el sabor de la carne, los fabricantes utilizan proteínas texturizadas (soja, guisantes), pero sus productos suelen ser ricos en sal, azúcares y aditivos, con un valor nutricional variable.
Los reflejos adecuados para elegir bienPara evitar errores, lea atentamente las etiquetas. Esto le ayudará a elegir productos con la menor cantidad de aditivos artificiales.
Limite los filetes ultraprocesados con saborizantes, colorantes, estabilizantes y productos con más de 1,5 g de sal por cada 100 g o que contengan azúcar añadido.
La solución ideal es preparar tus propios sustitutos de carne. Por ejemplo, puedes preparar hamburguesas caseras de lentejas, garbanzos, champiñones, avena o quinoa.
Económicos, saludables y deliciosos, puedes personalizarlos agregando hierbas, especias y verduras para obtener el máximo sabor y nutrientes.
Fuente: Sociedad Francesa de Nutrición (SFN) – sitio web de Anne Manteau, dietista nutricionista - British Journal of Nutrition
Le Progres