Salud. Discapacidad: 20 años después de la ley, ha habido algunas mejoras, pero aún queda mucho camino por recorrer.

En 2025, la Ley de Igualdad de Derechos y Oportunidades, Participación y Ciudadanía de las Personas con Discapacidad celebra su 20.º aniversario. ¿Sus objetivos? Promover el empleo de las personas con discapacidad y combatir toda forma de discriminación contra ellas. ¿Cuál es el resultado, 20 años después?
¿Qué dice la ley del 11 de febrero de 2005?
Concretamente, esta ley fundacional introduce por primera vez una definición legal de discapacidad: « Se considera discapacidad toda limitación de la actividad o restricción de la participación en la vida en sociedad que sufre una persona en su entorno debido a una alteración sustancial, duradera o permanente de una o más funciones físicas, sensoriales, mentales, cognitivas o psicológicas, a una discapacidad múltiple o a un trastorno de salud discapacitante ».
También establece un principio de igualdad de trato en todos los ámbitos: acceso a los derechos, educación, empleo , vida social, formación, transporte, vivienda, cultura.
También prevé la creación del Fondo para la Integración de las Personas con Discapacidad en la Función Pública (FIPHFP), así como la creación de las Casas Departamentales de Personas con Discapacidad (MDPH), ventanilla única destinada a simplificar los trámites y centralizar el acceso a los derechos y beneficios.
Y 20 años después…La Asociación para la Gestión del Fondo para la Integración Profesional de las Personas con Discapacidad (Agefiph) y la FIPHFP acaban de publicar su Observatorio de Empleo y Discapacidad, que ofrece un balance del 20.º aniversario de esta ley. A continuación, las cifras clave:
– el número de personas reconocidas como discapacitadas ha aumentado considerablemente, pasando de 1,3 millones a más de 3 millones (la ley de 2005 y las posteriores han permitido así un mejor reconocimiento de las personas con discapacidad, a las que antes no se les reconocía la discapacidad).
– el número de personas empleadas también se ha más que duplicado, alcanzando los 1,2 millones;
– en casi veinte años, el número de trabajadores con discapacidad ha aumentado significativamente entre los empleadores sujetos a la obligación de empleo:
· En la función pública, el número de agentes implicados aumentó de 164.000 a 270.000;
· En el sector privado, el número de empleados con discapacidad aumentó de 252.000 a 674.000.
– la tasa de desempleo de las personas con discapacidad se redujo del 17% al 12%, todavía más alta que la tasa de desempleo general (7%);
– en 2023, el 4,3% de las personas empleadas serán reconocidas como discapacitadas, en comparación con solo el 2,1% en 2002;
– el aumento del número y la proporción de beneficiarios de la obligación laboral (BOE) entre las personas ocupadas ha venido acompañado de un cambio en el perfil de las personas con discapacidad: un público más femenino, de mayor edad y con mejor formación.
Para Françoise Descamps Crosnier, presidenta del Comité Nacional de la FIPHFP: « La función pública está experimentando un dinamismo positivo y alentador. La tasa de empleo de los trabajadores con discapacidad se sitúa actualmente en el 5,93 %. Sin embargo, tras esta cifra se esconde una gran heterogeneidad entre sectores, e incluso dentro de cada uno de ellos. Por lo tanto, aún nos queda un largo camino por recorrer para que la discapacidad sea un tema plenamente integrado, tanto en la práctica como en la conciencia de la ciudadanía ».
La ley existe pero la discriminación persisteLa discapacidad sigue siendo, año tras año, la principal causa de discriminación denunciada ante la Defensora de los Derechos. Y es el empleo el que concentra la mayoría de las denuncias. « En 8 de cada 10 casos, se trata de un bloqueo profesional o un riesgo de pérdida del empleo», explica Claire Hédon, Defensora de los Derechos. Tras estas cifras, una clara observación: los empleadores no están respetando la obligación de proporcionar ajustes razonables*, a pesar de estar consagrada en la ley del 11 de febrero de 2005.
* Esto implica cambiar ciertas reglas, prácticas o entornos para permitir que una persona con discapacidad trabaje en condiciones justas.
Le Progres