Consumo transfronterizo. Alineadores dentales que no siempre te devuelven la sonrisa.

A los 42 años, Céline decidió corregir la alineación de sus dientes. Optó por una oferta de un proveedor alemán que descubrió en línea. Por solo 2000 €, ofrecían tratamiento y seguimiento completamente en línea a través de una aplicación.

Una bendición para Céline, quien sabe que en Francia la ortodoncia suele costar una fortuna. Y no es la única que lo sabe; los proveedores en línea también. No es de extrañar, entonces, que jueguen con los precios para atraer pacientes con multitud de ofertas promocionales. Estos precios tan económicos atraen a la alsaciana. Además, el plan de pagos, a 12 o 24 meses, la convence de que este tratamiento a distancia es mucho más asequible que el de un ortodoncista tradicional.

El primer paso del tratamiento consiste en tomar una impresión dental. Para ello, el proveedor alemán solicita a Céline que visite una clínica de ortodoncia asociada en Francia. Una vez que el ortodoncista recibe el escaneo dental 3D, la empresa fabrica una prótesis a medida. Los alineadores de plástico se envían directamente al domicilio del paciente en Alsacia.

Excepto que, en la fecha de entrega programada, Céline no recibe nada. Pasan las semanas y sigue sin tener noticias de su paquete. Además, no se puede contactar con el proveedor de servicios ni por correo electrónico ni por teléfono.

Entonces envió una primera carta certificada con acuse de recibo, un requerimiento formal, para obligar a la empresa a entregar el equipo. Al no recibir respuesta, decidió volver a enviarla, esta vez exigiendo un reembolso. Nada funcionó; la empresa hizo oídos sordos. Pero Céline aún contaba con un arma secreta: el Proceso Europeo de Reclamaciones de Escasa Cuantía. Para recuperar su dinero, podía llevar el asunto a los tribunales en Alemania, sin necesidad de recurrir a un abogado. Este procedimiento se lleva a cabo por escrito para litigios transfronterizos en materia de consumo de importe inferior a 5.000 €.

Jeanne también pidió alineadores a través de la página web alemana y, a diferencia de Céline, los recibió. Tras usar los alineadores durante cinco semanas, empezó a preocuparse: sus dientes se habían movido y ya no podía masticar correctamente. Siguiendo el consejo de la empresa, se sometió a dos tratamientos adicionales, pero nada funcionó. Desesperada, la paciente consideró reclamar una indemnización por los daños sufridos. Pero antes de demandar al profesional por negligencia, necesitaba el asesoramiento de un abogado alemán.

Luego contactó con el Centro Europeo del Consumidor, que le ofreció una consulta gratuita con un abogado alemán francófono. Una entrevista de 30 minutos le dio una idea más clara de los pasos legales a seguir en Alemania. Un primer paso que le dio a Jeanne nuevas esperanzas.

Centro Europeo del Consumidor, Bahnhofsplatz 3, 77694 Kehl, Alemania. Para más información sobre sus derechos en Alemania, visite: www.cec-zev.eu