"Si te lo inyecto, mueres bastante rápido": Conoce a los investigadores que rastrean medicamentos falsos en este laboratorio francés.

"Hay que seguir luchando" contra la falsificación de medicamentos, una plaga mundial "que se ha sofisticado", declara Nathalie Tallet, jefa del laboratorio, vestida con bata blanca, cubrezapatos y gafas de seguridad encima de sus gafas graduadas.
Una reciente operación contra el narcotráfico en 90 países permitió la detención de casi 800 personas y la incautación de productos ilícitos por valor de 56 millones de euros, según Interpol.
Los medicamentos falsificados, cuyo tráfico se ve facilitado por la explosión del comercio electrónico y la proliferación de sitios no regulados, son productos cuya identidad, composición o origen se falsean deliberadamente, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Pueden contener los ingredientes correctos, pero en la dosis incorrecta, otro ingrediente activo o incluso ningún ingrediente activo. O pueden contener los excipientes incorrectos.
También pueden ser drogas reales desviadas para revenderse ilegalmente y utilizarse como drogas dopantes o psicotrópicas.
Cuando una autoridad sanitaria solicita al laboratorio que investigue un producto sospechoso que es objeto de una alerta de autoridades aduaneras o sanitarias, se inician los trabajos de verificación de la trazabilidad.
“Vamos a consultar nuestras bases de datos, con el nombre del producto, su número de lote, su fecha de fabricación, su fecha de caducidad ”, explica el farmacéutico que dirige un equipo de 12 personas.
Si se detecta alguna inconsistencia, el siguiente paso es recuperar las muestras para verificar su contenido. Si el sistema de detección confirma que el producto sospechoso es falsificado, el laboratorio emite un informe a las autoridades competentes.
Rastrear el origen puede ser difícil, ya que la droga puede fabricarse en un lugar y envasarse en otro, a menudo cerca de la fuente de venta.
"Protegiendo a las poblaciones""Debemos proteger a las poblaciones que no tienen la suerte de acceder a medicamentos", afirma la Sra. Tallet, quien ya ha testificado ante tribunales de Kenia, Jordania y Filipinas sobre los peligros de la falsificación.
Todo se revisa para detectar cualquier posible discrepancia en peso, caja, códigos de serie, letras, bordes del embalaje, técnicas de impresión, naturaleza del producto, su apariencia.
Otros grandes grupos farmacéuticos, como Servier, también disponen de sus propios laboratorios de análisis para detectar medicamentos falsificados y sus flujos ilícitos.
Sanofi recibe "entre 1.000 y 2.000 solicitudes de análisis al año" y tiene "entre 100 y 200 casos confirmados" de medicamentos falsificados, así como "un centenar de casos de tráfico ilícito".
"Desde hace varios años, América Latina y el Sudeste Asiático son las dos regiones geográficas en las que trabajamos", observa la Sra. Tallet.
En 2008, año de la fundación del laboratorio, los medicamentos falsificados eran «mucho más fáciles de detectar», recuerda. Ahora, con los avances tecnológicos, «se puede imaginar cualquier cosa».
Almidón, vidrio, metalesComo prueba, sostiene en cada palma una caja de tablillas aparentemente idéntica con escritura china en el estuche.
Sólo una máquina equipada con una cámara de aumento, dotada de diferentes tipos de iluminación y filtros, puede poner de relieve los defectos visuales de la caja falsificada: el tipo de letra es diferente.
También las muestras líquidas están bajo vigilancia: "Si te lo inyecto, mueres bastante rápido", advierte otro colaborador, colocando un vial bajo un microscopio de gran profundidad.
Este ejemplar es uno de los diez frascos terapéuticos falsificados en un país extranjero, interceptados a tiempo hace unos años.
Un derivado barato del almidón sustituye al principio activo, mientras que el frasco legítimo cuesta "varios miles de euros" para tratar enfermedades raras.
La causa del peligro, sin embargo, está en otra parte: en la solución flota un plancton de partículas de "vidrio" , "chatarra" , "fibras que pueden provocar una embolia".
Otros casos pasados han revelado la presencia de detergentes en vacunas pediátricas en Indonesia , o de un antibiótico en un fármaco contra el cáncer, y contaminación microbiana, recuerda Tallet.
"No solo las aduanas nos informan de los casos. También puede haber pacientes y profesionales sanitarios que observen anomalías en el producto, el precio de venta o los efectos secundarios", explica.
Var-Matin