La cantidad (e intensidad) de ejercicio que retrasa el envejecimiento cerebral
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Un equipo de científicos de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU), incluidos los investigadores Ulrik Wisløff y Atefe R. Tari junto a colegas del Instituto del Cerebro de Queensland en Australia, han analizado la conexión entre la actividad física, o estar en buena forma física, y la salud cerebral.
Parece que en nuestro día a día, toda la tecnología que se mueve a nuestro alrededor va cada vez más rápido y, por ende, nosotros, o más bien nuestros cuerpos, están viéndose ralentizados en actividad y parece ser que eso también le podría estar pasando a nuestro cerebro. La idea de que la condición física y el bienestar cognitivo están interrelacionados no es nueva, pero ahora contamos con nuevos datos que podrían impulsarnos a hacer un poco más de ejercicio cada día.
El estudio, publicado en la revista médica británica The Lancet, demuestra que el cerebro se beneficia sin ningún tipo de duda de la actividad física, ya que el entrenamiento de resistencia y una buena condición física son capaces de reducir el riesgo de demencia y promover un envejecimiento cerebral saludable. Incluso con pequeñas cantidades de ejercicio de alta intensidad se obtiene este beneficio en la salud de nuestro órgano pensante (a la par que para el corazón, nuestro motor).
"Resumimos la investigación que indica claramente que el ejercicio no solo es importante para el corazón, sino también para el cerebro. La actividad física parece ser una de las medidas más prometedoras que tenemos para prevenir el deterioro cognitivo y la demencia", explica Atefe R. Tari, uno de los autores del trabajo.
El entrenamiento fortalece el cuerpo y el cerebroTeniendo en cuenta que la población mundial está envejeciendo a pasos agigantados y que cada vez hay más enfermedades cognitivas, conocer este dato no solo resulta interesante, sino que también resulta útil (y muy necesario).
Para llegar a esta conclusión, los expertos revisaron toda la información disponible acerca de estudios en animales y humanos para descubrir cómo la actividad física influye en los procesos biológicos cerebrales. Resulta que conforme vamos envejeciendo la inflamación también lo hace a la par, pero el flujo de sangre disminuye, nuestro sistema inmune se torna un tanto deficiente y la plasticidad cerebral también se reduce. Este compendio de factores hace que el cerebro sea mucho más vulnerable a enfermedades neurodegenerativas como la demencia, el párkinson, la enfermedad de Huntington o la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
Menos tiempo, más intensidadAfortunadamente, podemos hacer algo para ralentizar o incluso revertir estos cambios asociados a la edad. Y es que la reparación y la comunicación cerebral obtienen un impulso en aquellas personas que practican actividad física. Actualmente, la recomendación es de al menos 150 minutos de intensidad moderada o 75 minutos de intensidad alta a la semana aunque, según los expertos, entre el 50 y el 70% de la población no cumple con estas recomendaciones de actividad física. Pero incluso hacer menos tiempo de ejercicio del recomendado sigue aportando cosas positivas, siempre que la intensidad del entrenamiento sea alta, claro está. En lugar de hacer largas sesiones en el gimnasio, los expertos comentan que el microentrenamiento integra el ejercicio en la vida diaria sin necesidad de hacer un gran esfuerzo o una planificación que, posiblemente, luego no podamos cumplir. Por ejemplo, subir escaleras a paso rápido o hacer sprints cortos en casa es una de las mejores ideas de estos microentrenamientos de alta intensidad que podemos practicar en cualquier momento. La clave, es, por tanto, menos tiempo, pero más intensidad.
“Creemos que es hora de que las autoridades sanitarias ofrezcan recomendaciones más claras sobre la importancia del ejercicio para el cerebro. Nuestra revisión muestra que incluso pequeñas dosis de actividad de alta intensidad, equivalentes a caminar a paso ligero sin poder cantar, pueden reducir el riesgo de demencia hasta en un 40%”, concluyeron los investigadores.
Un equipo de científicos de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU), incluidos los investigadores Ulrik Wisløff y Atefe R. Tari junto a colegas del Instituto del Cerebro de Queensland en Australia, han analizado la conexión entre la actividad física, o estar en buena forma física, y la salud cerebral.
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