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Hasta el 50 % de los adultos podría padecer de Insuficiencia Venosa Crónica (IVC) sin saberlo: ¿de qué se trata?

Hasta el 50 % de los adultos podría padecer de Insuficiencia Venosa Crónica (IVC) sin saberlo: ¿de qué se trata?
La Insuficiencia Venosa Crónica (IVC), una condición que causa pesadez, hinchazón y várices, se ha convertido en un problema de salud pública silencioso en Colombia. Se estima que entre el 25 % y el 50 % de la población adulta la padece, y lo más preocupante es que gran parte de ellos lo desconoce, afectando gravemente su calidad de vida y bienestar emocional.
La IVC no es solo una cuestión estética; sus implicaciones van más allá de las várices visibles. Estudios recientes revelan que el 25 % de los pacientes sufren alteraciones del sueño debido a calambres y hormigueo nocturno, lo que impacta directamente en su vida diaria, laboral y relaciones personales.

Eel 25% de los pacientes sufre alteraciones del sueño debido a calambres y hormigueo. Foto:iStock

¿Quiénes están en riesgo y cuáles son las señales de alerta?
La IVC afecta especialmente a mujeres y personas con obesidad, sedentarismo o aquellas que pasan largas jornadas de pie. La edad también es un factor determinante: la prevalencia se dispara a un 50 % en mayores de 50 años. En Colombia, investigaciones en personal de salud han encontrado prevalencias de desórdenes venosos crónicos entre el 8 % y el 86,7 %, dependiendo de la ocupación.
Los síntomas más comunes, a menudo ignorados, incluyen:
  • Sensación constante de pesadez y cansancio en las piernas.
  • Hinchazón en tobillos y pies, especialmente al final del día.
  • Aparición de várices visibles.
  • Calambres nocturnos y dolor.
  • Cambios en la coloración de la piel (tono marrón).
  • En etapas avanzadas, la IVC puede desencadenar úlceras venosas, lesiones difíciles de cicatrizar que deterioran significativamente la calidad de vida.

Los calambres están entre los sintomas frecuentes de esta patología. Foto:Istock

Factores de riesgo y señales de alerta
La insuficiencia venosa crónica es una enfermedad progresiva que, si no se detecta y trata a tiempo, puede derivar en complicaciones graves. Sus síntomas más comunes incluyen una sensación constante de pesadez y cansancio en las piernas, hinchazón en tobillos y pies, especialmente al final del día, y la aparición de venas varicosas visibles.
También pueden presentarse calambres nocturnos, dolor y cambios en la coloración de la piel, que adquiere un tono marrón debido a la acumulación de pigmentos. En etapas avanzadas, la enfermedad puede provocar úlceras venosas, lesiones difíciles de cicatrizar que afectan la calidad de vida del paciente.
La insuficiencia venosa crónica puede ser causada por diversos factores de riesgo que dificultan el retorno sanguíneo:
  • El envejecimiento debilita las válvulas venosas, mientras que las mujeres tienen mayor riesgo debido a cambios hormonales.
  • La obesidad, el sedentarismo y la permanencia prolongada en una misma posición afectan la circulación.
  • Los antecedentes familiares aumentan la predisposición y el tabaquismo daña los vasos sanguíneos, contribuyendo al desarrollo de la enfermedad.

La obesidad es un factor de riesgo de la IVC. Foto:Jeff Haynes. AFP

Un tratamiento integral
El tratamiento para la IVC crónica pretende mejorar la función venosa, los signos y síntomas y la medicación comprende opciones terapéuticas tanto conservadoras como invasivas. Entre las opciones conservadoras se incluyen el tratamiento físico: ejercicio, tratamiento compresivo y la terapia farmacológica. Entre las modalidades de intervención invasiva están: cirugía de las venas superficiales y profundas, entre ellas la flebectomía percutánea mediante ganchos y técnicas de stripping, una operación quirúrgica para la intervención de las varices.
Por su parte, la terapia de compresión es una modalidad de tratamiento estándar para la atención de las alteraciones en las venosas que ha demostrado una curación más rápida. Además, se puede lograr un alivio completo de las úlceras en un promedio de 5,3 meses en más del 90 % de los casos después de aplicar esta modalidad de tratamiento.
La terapia compresiva es un tratamiento que aplica presión controlada en las piernas mediante el uso de medias de compresión. Esta presión, que va disminuyendo desde el tobillo hacia arriba, mejora el retorno venoso, reduce el estancamiento de la sangre en las extremidades inferiores y contribuye a que las venas dilatadas funcionen de manera más eficiente.
Entre sus principales beneficios, se destaca la prevención y el alivio de síntomas como pesadez, dolor y fatiga en las piernas, así como la reducción del riesgo de desarrollar “arañitas” vasculares, varices, coágulos o úlceras venosas. En quienes ya presentan estas lesiones, la terapia compresiva acelera la cicatrización y mejora la calidad de vida, retrasando su aparición visible en las piernas promoviendo la movilidad y el bienestar general.
Entendiendo el impacto de la insuficiencia venosa crónica (IVC) en la población, Essity Health & Medical lleva desarrollando por más de 25 años en Colombia soluciones como sus medias de compresión No-Varix®, diseñadas para mejorar la circulación y reducir la inflamación. Con diferentes tecnologías, diseños y colores que se adaptan a las necesidades de cada persona y género, que aparentan ser medias o calcetines del uso diario, como es el caso de la línea Jaspeada, donde estamos ampliando la línea con 2 nuevos colores en el mes de Mayo.
“Ofrecemos soluciones de terapia de compresión que empoderan a los pacientes para enfrentar las enfermedades venosas. Sabemos que muchos dudan por el estigma y las ideas erróneas sobre su uso, por lo que trabajamos para crear conciencia y fomentar el diagnóstico adecuado. Queremos cambiar la forma en que se perciben estas condiciones. Con No-Varix, marca colombiana y fabricante de medias de compresión de grado médico, que alivian y previenen la insuficiencia venosa crónica, demostramos que es posible llevar una vida plena, incluso con IVC”, destacó Jorfre Pérez, director comercial de la marca en Colombia.
La IVC es una afección que tiene un impacto significativo en la calidad de vida de la población colombiana. Sin embargo, con un diagnóstico adecuado brindando por un médico y un tratamiento personalizado, es posible mejorar la atención de los síntomas, prevenir complicaciones y promover una mejor salud vascular.
Periodista de Medioambiente y Salud
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