Hábitos sutiles que a la larga causan infelicidad

Despertar. Comer. Dormir. Ir en automático. Ver pasar los años. Despertar. Dormir. Tal vez, no volver a despertar. Buscar la felicidad, aunque parezca un pretexto cotidiano, es el mejor de los objetivos para no caer en un vacío emocional. Pues, sobrevivimos en costumbres diarias que, sin notarlo, nos sabotean. Quizá sea momento de revisar tu rutina si todo el tiempo piensas en no volver a despertar: hay malos hábitos que afectan a la felicidad.

¿Alguna vez has sentido que todo en tu vida está en orden, pero aun así no logras sentirte plenamente feliz? De acuerdo con información de Sumédico, la razón podría estar en comportamientos comunes, muy sutiles pero difíciles de distinguir.

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1. Compararte constantemente en redes sociales

Pasar horas viendo las "vidas perfectas" en Instagram o Facebook puede activar la comparación social ascendente, un fenómeno que eleva la ansiedad y debilita la autoestima. Estudios muestran que dedicar más de dos horas al día a redes sociales aumenta el riesgo de insatisfacción personal. ¿El remedio? Limita tu tiempo en línea, sigue cuentas que te inspiren de verdad y recuerda: en redes, solo ves lo que la gente quiere mostrar.

2. Posponer tu felicidad

Pensar que serás feliz "cuando consigas pareja", "cuando adelgaces" o "cuando logres ese ascenso" es una trampa mental. Expertos de Harvard señalan que postergar la felicidad te ancla en un estado constante de carencia. La clave es agradecer lo que tienes hoy y aprender a disfrutar el camino, no solo las metas.

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3. Dar demasiadas vueltas a los problemas

Revivir errores y situaciones negativas una y otra vez, conocido como rumiación, solo alimenta la tristeza. Investigaciones de la Universidad de Yale relacionan esta práctica con un mayor riesgo de depresión y ansiedad. Para salir de ese ciclo, enfócate en actividades que requieran concentración o escribe tus pensamientos para liberarlos.

4. Decir "sí" cuando quieres decir “no”

Aceptar compromisos que no deseas por miedo a quedar mal, agota tu energía emocional y te llena de resentimiento. Según la terapia cognitivo-conductual, aprender a poner límites claros es esencial para proteger tu bienestar. Comienza de a poco: rechaza al menos un compromiso innecesario a la semana.

5. Vivir en modo automático

Comer sin saborear, trabajar sin entusiasmo —aquí solo aplica si el trabajo puede ameritarlo— o estar con tus seres queridos sin realmente conectar son señales de que vives en piloto automático. Un estudio publicado en Science reveló que quienes practican la atención plena —mindfulness— durante sus actividades diarias experimentan mayores niveles de dopamina.

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